martes, 13 de marzo de 2012

EL PRINCIPITO




...Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: ¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos qué prefiere? ¿Colecciona mariposas? En cambio, os preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solo entonces creen conocerle. Si decís a las personas grandes: "He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo...", no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: " He visto una casa de 100.000 francos". Entonces exclaman: "¡Qué hermosa!!!!

3 comentarios:

  1. Cuando era pequeña lo leí y lo doné a mi "cole" para la biblioteca. En aquella época también había crisis y a mi colegio se le ocurrió que cada alumno donara un libro (el que más le gustara) para hacer una biblioteca que no tenía. Gracias a esa iniciativa tuvimos muchos libros para leer... Hoy he vuelto a encontrar el libro en su versión original, uffff, qué ilusión

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  2. Qué bueno esos libros que nos marcaron en la infancia/adolescencia. Precisamente llevo unos días escribiendo sobre eso para una entrada de Ítaca deshabitada que pronto podrás leer. Mi mujer es una auténtica devota del Pricipito. Lo lee todos los años; tiene pijamas, estuches, bolígrafos... Ay, qué friki, jejeje.

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  3. Yo también lo leí, sé que me gustó pero, la verdad, no lo recuerdo muy bien debería buscarlo y releerlo, me lo regalaron mis amigas y lo llenaron de bonitas dedicatorias, ¿dónde habrá ido a parar? Me temo que pasó a afianzar ese dicho: "libro prestado, libro regalado".

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